Sabes, las gotas de lluvia caen hacia arriba, justo en el Suelo, y los árboles crecen hacia abajo de la cabeza, sin miedo a caer en el abismo sin fondo del cielo.
Miles de años de evolución para volver a ser una piedra. Han llegado al punto de donde partieron. Una vida inmersa en sí mismo, una vida dentro de sus propias fantasías y mundos virtuales.
En la Tierra, ya hubo bastantes civilizaciones conscientes. Una de ellas son los árboles. De hecho, los árboles son biocomputadoras, dentro de las cuales existen millones de mundos virtuales. La consciencia de los árboles se adentró en sí misma, en los mundos virtuales. Aquí, en el mundo real, no tienen la necesidad de moverse, el sistema recibe la energía del Sol y la Tierra. Algún día (muy pronto), las personas se cruzarán también con una computadora y desaparecerán en el universo virtual, sus cuerpos perecederos se extinguirán y solo las computadoras se procrearán y se multiplicarán, tomando el sol como las hojas.
Se observa que cuanto mayor sea el nivel de tecnología de la civilización, más tonto será el hombre ordinario soldado. En otras palabras, en el caso de visitar nuestro planeta por extraterrestres de un nivel tecnológico más alto que el nuestro, uno debe estar preparado para que los invitados alienígenas individuales sean desastrosamente estúpidos, mentirosos e inmorales.