Dado que el movimiento es una vida, la vida está diseñada para evitar que una persona se acueste, se sienta y se pare. Es mejor arrastrarse mal que acostarse bien.
La filosofía nos enseña a conocer y aprender en cualquier condición y situación. Incómodo, como una mosca, arrastrarse por el techo. Todo lo demás es conveniente.
El ser humano es libre en su elección, siempre tiene una variante de los tres extremos. Lo más fácil es cambiar entre extremos, y luego resbalar de este extremo hacia cualquier punto más cercano.