Una sensación de culpa es una sensación asociada con el incumplimiento por una persona de sus expectativas o de otras personas. A veces es una sensación útil, a menudo-no muy. Para apagarlo, comienza a respirar profundamente, hablando internamente con la persona a la que le debes la deuda, explicando que la promesa de tres años está esperando, y luego la deuda se perdona. Por otra parte, se debe entender si la deuda es justa, además de las diferentes circunstancias concomitantes.
Sin dar una palabra, aguanta, y después de dar una palabra, sujétate. Es decir, siempre resista los intentos de romper la promesa. Resiste las promesas, nada y no prometas a nadie. Sin embargo, si me lo prometes, quédate muerto por él. Cuanto más caro es tu palabra, más caro eres tú mismo y tu tiempo. Las personas cuya palabra no vale nada son baratas e insignificantes.
Se nota que la promesa es un orgullo que genera miedo. ¿Cómo puedes prometer algo cuando un hombre asume, y Dios sí? Y después de prometerte que tienes miedo y que no haces bien tu trabajo. No prometas nada, advierte que puede que no funcione. Deshazte del orgullo, te librarás del miedo.