La mente no creó la unidad del amor, sino la soledad de los cazadores. Pero la unidad de amor es lo que dio origen al cazador y el lugar donde vive su mente. La unidad de la multitud no genera pensamientos, pero los absorbe. Los encarna, los come y los sigue.
Los depredadores pretenden ser débiles, lentos, inofensivos, tontos y soñolientos. Las víctimas pretenden ser fuertes, inteligentes, alegres y rápidas.
La Caperucita roja estaba buscando un amor apasionado tan fuerte como la que su abuela amaba. Un lobo resultó ser un amante tan apasionado. El problema es que la pasión desea poseer y el lobo al final de la pasión tragó un Gorro Rojo. Caperucita roja no le gustó mucho el amor apasionado del lobo, al final llamó a los cazadores. El lobo fue destripado y la mujer se mudó a vivir con sus padres.