Si una mujer desea que un hombre obsesivo la ame, debe poner un precio frenético para el sexo y luego él con un grito de " prostituta!"la dejará en paz. Dile que no le quieres, pero que le quieres y que te ama.
La persona que aprende por el bien de los beneficios está condenada a la vanidad de sus esfuerzos y sufrimiento. Esta prostituta de la verdad no merece más que sufrimiento eterno.
Una mujer, permitiendo que un hombre pague por sí mismo, provoca en él la sed de poder y el deseo de apoderarse de ella. El orgullo es la sed de poder, cuyos rasgos más importantes son la ira, la agresividad, los celos, la supresión de la voluntad de otra persona, etc. Convertirse en una esclava por un puñado de monedas, ¿qué podría ser más tonto? - Las prostitutas no estarán de acuerdo contigo.