El diablo que se esconde en las pequeñas cosas y lo estropea no es tan estúpido como crees. No sólo se esconde, se disfraza de buena, brillante y útil. Todo estropea no lo que es malo, sino lo que es bueno. Para solucionar el problema, debe buscar no lo que es malo, pero lo que es bueno.
Todo paranoico debe saber que él ve el mundo y el mundo lo ve. Un paranoico común (si no está fuertemente enmascarado), parece agresivo, poco confiable, cínico, falso, hostil y una persona nefasta.
Lo bueno, a menudo, se debe esconder, enmascarándolo como algo malo, algo sin terminar, algo defectuoso, algo estúpido. Los ajenos deben pensar que todo te va mal, lo que reducirá el interés morboso de los depredadores.