La palabra egipcia "luz" fue colocada por Moisés en el arca del pacto. El verbo metafórico de la luz es el símbolo del movimiento eterno, la energía inagotable de la vida. Cristo convirtió esta palabra en una luz viviente, y las velas que los cristianos encienden en las iglesias tienen el eco de esa palabra de verdad. Fuego como un símbolo de movimiento, hay algo que vive mientras se mueve.
La prueba de tubos de cobre es una prueba de lujuria y mujeres. Prueba de agua es un paso en el abismo, sumergirse en un baño oscuro con la cabeza. La prueba del fuego es la vida en el fuego y la conciencia de que hay otro camino. Pero antes de eso, todavía había una prueba de miedo a la altura y la profundidad.
En su primer viaje, Soloink visitó Egipto, Karnak, de allí viajó a Jerusalén y visitó el Muro de Llanto. En su último viaje, Soloink visitó los Emiratos Árabes Unidos.
El desarrollo del pensamiento fue así. Los griegos oraron a Zeus, personificando el Sol. Los egipcios también consideraron a RA. Un poco más tarde, el pensamiento egipcio llegó a Amon RA. El cristianismo, al analizar este concepto, llegó a la conclusión de que la adoración de un Sol es idolatría y hay una esencia más Suprema que es todo. Dios es el universo. Dios es el ser. Ídolos como el Sol, en el universo de trillones. Además, el cristianismo señaló la esencia Sagrada del hombre mismo, proclamando su alma por el hijo de Dios, parte de Dios.