La espiritualidad del hombre es su filosofía, su conciencia y su mente. Un hombre sin cabeza es un hombre inconsciente, y más bien ni siquiera un hombre, sino un animal.
Para enseñar a una persona a mentir, es necesario entrenar en él el poder del espíritu y la filosofía moral. Un hombre mentiroso es un hombre débil e ignorante.